Cada persona
tiene una herencia genética, una secuencia de genes entregada por los padres y
que lo caracteriza o identifica dentro del mundo como un ser único. Es sabido
que todos poseemos estas múltiples inteligencias antes mencionadas, sin
embargo, la capacidad o facilidad para desarrollar una sobre otra varía entre
los individuos. Así mi compañero de banco puede ser muy hábil para lógica
matemática y yo puedo tener mayor facilidad para artes musicales, sólo por dar
un ejemplo.
La
importancia de nuestra genética radica dentro de la medida que las
desarrollemos y potenciemos con la educación que se nos brinda. En el fondo
quiero decir que si genéticamente estamos predeterminados para ser brillantes
en un área específica como el lenguaje, esto será así siempre y cuando
potenciemos esa área de nuestro cerebro para desarrollarla, o dicho de otra
manera, si genéticamente no estamos predeterminados para ser brillantes en
lenguaje, de igual manera poseemos esa inteligencia y sólo debemos
complementarla y desarrollarla constantemente para obtener el éxito, aunque
claramente tengamos que hacer más esfuerzo que aquel que tenga genéticamente
más facilidades para esa área.
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